domingo, 9 de mayo de 2010

Ven, sáciate.

Quisiera tu alma desbordada
pero tienes sed
y tu rio se seca,
ven, yo estoy aquí;
búscame, me dejaré hallar.

Te necesito.

Saciaré las entrañas de tu vida,
vivificaré hasta el ultimo suspiro de tu alma.

Aliméntate de las aguas,
de las aguas verdaderas que están en derredor tuyo,
en las que te he puesto.

Atráeme con tus palabras,
reclámame con tus obras,
pruébame, yo estaré allí;
sediento de ti, esperando por tí.

No temas, Yo Soy quien te hablo.
Búscame, no te canses;
hállame, te espero.

Amén.

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