martes, 4 de mayo de 2010

Una sola decisión

Hoy quiero escucharte Jesús
disponer mis sentidos para oir tu voz,
mi alma y mi corazón para conocer tu voluntad.

Perdóname oh Rey!
Pues a pesar de que me hablas y me inquietas cada día,
soy insensible y me sumerjo en un mar de indiferencia.

Me vuelvo ciego ante las necesidades de mis hermanos
y a pesar de que conozco las trampas,
me dejo atrapar una y otra vez del egoismo y la altivez.

Perdóname Padre pues soy insensible...

Quiero perdonarte...
No temas, ten paz.

¿Estás dispuesto a escucharme?

Si Señor, aunque me duela.
Heme aquí.

Escuchame entonces...

Yo estoy aquí,
quiero que tengas paz.

Si Señor....
te amo.

¿Verdaderamente me amas?

Si Señor...

No descuides lo que he puesto en tus manos,
he puesto mucho alli.

Padre, vivo afanado en satisfacer mis necesidades,
que son muchas.

Yo soy quien lo hago, ¿lo olvidas?

Tu, encargate de mis cosas.
Yo me encargo de las tuyas.

Pero Señor...

Esperame.
No tienes que hacerlo por mí.
Nada te ha faltado,
todo lo has tenido a su tiempo.

Padre, no conozco los tiempos...

(silencio)

Soy tu proveedor,
cada día ha estado sobre tu mesa el pan que necesitas.

Lo sé, oh Dios.

Padre...
perdóname, siempre quiero más.

Lo que tu me brindas es maravilloso,
me llenas de grandes esperanzas... y paz,
las cuales valoro.

Pero hay algo en mi corazón que me empuja a buscar más...
es la percepción de futuro.

Quiero brindarle a mis hijos una mayor estabilidad económica.

¿Acaso crees que yo no te lo puedo dar?

Si Señor... yo creo que puedes hacerlo.

Pero en tu corazón no lo consideras así.

Oh Señor!
Perdóname.

Tu eres el rey de mi vida.

¿Quien gobierna?

Padre, yo soy el que quiero gobernar...
Gobierna tu mi Señor.

Entonces deja que lo haga.
Cedeme ese lugar a mí.

Aquí está Señor... tómalo.

Déjate orientar, no tomes decisiones apresuradas.
Yo estoy aquí contigo,
me tendrás siempre,
pero tambien es tu decisión.

Si Señor, Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario