viernes, 12 de marzo de 2010

Junto a ti quiero habitar.

¿Donde estás?

Aquí mi Señor, a tus pies.

No estás aquí.

¿Entonces donde estoy?

No estás aquí.

Padre, llévame a ti.
No quiero estar lejos de tu presencia.

Búscame.

Te busco mi Señor, se que estás aquí a mi lado.

¿Donde estás mi Dios?
Quiero verte. Saname la vista.
¡Abreme los ojos para que te vean!

Te he estado esperando.

Señor, ¿eras tu quien me llamó en mis sueños?
Me levanté asustado, sin saber que pasaba.
Te encomendé a mi familia y me volví a dormir.

Era yo quien te llamaba.

Perdóname Señor, por no ser sensible a tu voz.
Pero estoy aquí mi Señor.
Habla que tu siervo escucha.

Ten paz.
Quiero que hablemos.

Para mi es una honra que quieras acercarte a mí, mi Señor.
Estaré aquí el tiempo que sea necesario.
No me importa nada más.

Ven.
Mira.

¿Una habitación vacía?

La he preparado para ti.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay;
ésta la he preparado para tí.
Quiero que habites aquí.

¿Como así, Señor... eso que quiere decir?

Quiero que habites en mi casa.

Si Señor, yo tambien quiero morar en tus atrios.

Ven, habíta aquí; éste es tu espacio.
Toda oración será escuchada; en todo tiempo.
Ven.

Voy a ti mi Señor.

¿Una ventana? Un campo verde afuera.
Si.

Te daré descanso allí.
No temas.

Búscame y hallarás respuesta a tu necesidad.

Si mi Señor;
Soy privilegiado de ti mi Señor;
No lo merezco.

Te bendigo siempre.
Gracias mi Señor.

Abre mis oidos, para escucharte en todo tiempo.

Ten paz.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario