miércoles, 10 de marzo de 2010

Adoración

Gracias Señor por la sanidad
de mi cuerpo, de mi alma;
por esculpir con suave cincel los bordes de mi vida
y quitar de ella con golpes certeros
todo lo que me corrompe.

Yo mismo no puedo describir
como pudo ser posible,
si no fuera por tu actuar,
haber salido de la trampa en la que fuí presa.

Mi libertador, mi ayuda,
Majestuoso rey, salvador mio,
Todo poderoso Dios,
Omnipotente creador.

Mi guardián y refugio,
castillo de mi alma,
muralla que me guarda alrededor,
arbol frondoso en cuya base me refugio,
Manantial de aguas frescas.

Cubreme hasta la cabeza,
y mas allá si es posible,
quiero sumergirme en ti,
vivir en tu presencia
y como el pez respirar tus corrientes.

Se que tengo que dejar de vivir como vivo,
morir para que me des la vida,
la vida que esperas que nazca dentro de mi,
una vida diferente llena de sonidos de tu boca,
de visiones y de sueños realizables.

Necesito de ti Señor,
Necesito de ti como del aire,
alientame el corazón con la miel de tu boca,
permíteme tocarte así sea el borde de tus ropas;
Será suficiente.

Quiero ser como aquella mujer
que hizo que te detuvieras en tu andar
aquella que movió tus pasos por un solo instante
e hizo que tus pies se posaran frente a ella.

Estoy sediento de ti,
del Dios dueño de la vida.

Te necesito.

No temas.

Si Señor.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario