viernes, 18 de junio de 2010

Mañana de alabanza

Alabado sea el Señor de los cielos, bendito para siempre sea su Santo Nombre, Señor de los ejercitos de Israel, quien ha hecho maravillas y portentos por sí mismo, por amor de su Nombre y en favor de su pueblo, aquel que le reconoce y le ofrenda su confianza absoluta.

El ha sido por siempre, no tiene inicio ni tendrá fin jamás, pero es el principio y fin de todas las cosas.

Nunca me ha faltado el pan porque el ha estado conmigo, nunca he padecido enfermedad gravísima porqué El me sustenta y me defiende con gran muralla alrededor, El es quien me ha rescatado en los momentos más críticos de mi vida pues El ha tenido cuidado de mí.

El lo ha hecho una y otra vez conmigo, con mis padres y los padres de ellos; El ha estado con nosotros en cada generación que se ha levantado y también estará en aquellas que vienen después de nosotros.

Los sustentará con Justicia en su mano derecha y les dará respaldo, El los educará y les dará el pan, les brindará alegrías en cada instante de sus vidas y los guiará por el camino recto. Ellos le reconocerán cada mañana y agradecerán su salvación al caer la noche.

Porque Dios es todopoderoso, porque su bendición viene e irá por mil generaciones a quienes le reconocen y hacen tratos con El.

Amén.

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