Señor, quiero agradecerte por estar aquí,
por no dejarme solo ni un instante,
por cuidar de los mios a pesar de mis distancias,
por amarnos como lo haces, Padre eterno.
Cada día te necesito más, cada día que pasa;
Mis dias son pocos, pero con un solo toque de tu mano
alargas cada uno de ellos, rebosándolos de vida,
de justicia y de piedad. Tu gracia me llena el alma.
Quiero darte mis palabras hoy,
y con ellas mi corazón, mi vida toda;
Amado Señor de los ejercitos,
que me rodeas y cubres con escudo.
¡Oh Muralla de Israel, Vallado de fuego a mi alrededor;
Arbol de vida en el que encuentro refugio,
que me sustenta y me hace descansar!
Señor, ¡Poderoso Gigante!, Majestuoso rey
vestido de Gloria, toda la Honra y Poder infinito,
tu eres mi amigo, quien me alienta, quien me levanta
y escucha mi oración: Levantanos en justicia.
Te amo Señor. Trae la paz a nuestros corazones.
Amén.
Te damos gracias Señor en estos momentos y todos los días por tu amor tan grande hacia nosotros. Ahora te bendecimos y te adoramos Único Dios Verdadero de quien proviene todo. Bendícenos a cada uno de nuestras familias y llénanos de sabiduría para encontrarte cada vez más y así, junto a ti, hacernos cada vez más perfectos.
ResponderEliminarBendito y Alabado seas Señor por los siglos de los siglos. Amén.