jueves, 22 de julio de 2010

Mi respaldo eres tú.

Gracias Señor por estar conmigo, por ser mi amigo,
por ayudarme en mis angustias librándome de la opresión,
por darme nuevas fuerzas cada vez que desfallezco,
por darme aliento cuando mi alma teme.

Siendo temeroso me siento valiente cuando se que estás conmigo
las circunstancias difíciles dejan de serlo porque tu brazo me respalda,
traes paz en momentos de incertidumbre, Señor, amigo bueno,
gracias por amarme y por guiar mis pasos.

Soy ciego, lo admíto; sordo a tus palabras, insensible a tu voz
que me habla directo al corazón; te pido que abras mis ojos y mis oidos
que mi corazón sea sensible a lo que me muestras,
que pueda adorar tu presencia en todo tiempo con mis actos,
que no sea yo, te lo pido, sino tú quien marque las sendas de mi vida.

Padre bueno, hazme un mejor instrumento de tu amor.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario